Previniendo el abuso sexual infantil desde la crianza

Los métodos de crianza implementados en los hogares pueden constituirse como un factor protector significativo al momento de prevenir situaciones de abuso en los menores de edad e incluso en la edad adulta, pero patrones de acompañamiento parentales más autoritarios pueden resultar en situaciones de riesgo que ayuden a perpetuar situaciones de abuso y vulneración en los menores.

En la enorme mayoría de los hogares colombianos se continúa implementando el estilo de crianza tradicional, caracterizado por alentar relaciones de poder jerárquico entre los miembros de una familia, donde la imposición y subvaloración de los más pequeños de la casa es la norma. En este estilo de crianza la violencia física y el maltrato en todos los niveles es validado y tenido en cuenta como la principal fuente de formación para los niños pertenecientes al hogar

Las consecuencias de este patrón de comportamiento en las familias, está ya altamente estudiado y su impacto negativo en el proceso de desarrollo de los niños está comprobado. Los niños que crecen en un entorno familiar donde las dinámicas están caracterizadas por contar con cuidadores violentos y agresivos, donde no ocupan un lugar significativo, sus necesidades no son escuchadas ni satisfechas y sufren abandono emocional, sufren alteraciones en su infancia y a lo largo de toda su vida, algunas de ellas son:

  • Baja autoestima
  • Comportamiento de confusión y desorientación
  • Posible déficit psicomotor y cognitivo
  • Síntomas del trastorno de estrés postraumático
  • Acaba asociando la imagen de sus padres con la de la tristeza, malestar y culpa hacia sí mismo
  • Miedo a explorar
  • Fobias
  • Inseguridad
  • Mayor estrés -Hipervigilancia
  • Disociación
  • Ansiedad –depresión

Estas características de comportamiento son en su mayoría de veces las que contribuyen a perpetuar situaciones de abuso y vulneración en los niños y niñas, al identificar estos el entorno como inseguro y amenazante, adecuándose más fácilmente a los abusos al asumirlos como habituales en su entorno mas próximo.

Al identificar con claridad la cantidad y severidad de secuelas que deja una educación familiar autoritaria y tradicionalista, resulta urgente la necesidad de empezar a implementar estilos de crianza diferentes y más saludables no solo para los infantes, sino para todo el núcleo familiar; y una alternativa más reciente que nos proponen áreas de investigación como la psicología, la sociología y la pedagogía, es la denominada crianza respetuosa o disciplina positiva.

 

Esta propuesta sostiene que para implementar un mecanismo asertivo de crianza saludable no es necesario ni recomendable implementar mecanismos de coerción o agresión con los niños, si no por el contrario se hace fundamental fortalecer los vínculos afectivos con el menor, facilitando así canales de comunicación, que le permitan establecer un vínculo consigo mismo y con su entorno de seguridad donde el afecto le proporcione las bases suficientes para regularse emocional y comporta mentalmente. Entre los beneficios que se observan al implementar este estilo de crianza se cuentan:

  • Imagen positiva de sí mismo
  • Mejor autoestima, confianza y autonomía a lo largo de su vida.
  • Presenta mejores aptitudes para gestionar sus emociones y más seguridad en sí mismo.
  • Sociable
  • Mantener relaciones más saludables
  • Control sobre el mundo que le rodea
  • Disfrute de las relaciones íntimas
  • Búsqueda de apoyo social
  • Capacidad de compartir sentimientos con otros

Estas son las actitudes que se buscaría potenciar en los menores y sus familias al momento de propiciar un ambiente de prevención de cualquier tipo de vulneración, siendo así el estilo de crianza respetuosa y que dé prioridad a los vínculos afectivos, la más apta para fomentar situaciones y capacidades de autoprotección y protección a los demás